La tecnología casi arruina mi taller en vivo el 15 de Enero

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Buenos días, estimados docentes.

Si estuviste atento a mis últimos correos que envié antes de terminar el 2023, anunciaba con mucha emoción un taller para el día 15 de enero titulado: "Estrategias para aumentar la productividad docente usando Inteligencia Artificial".

Durante cerca de 2 meses (entre noviembre y diciembre), investigué y preparé muchos materiales interesantes para ayudar al docente a ahorrar tiempo en este 2024, ya que, según una encuesta realizada, muchos colegas me comentaron que en 2023 les faltó tiempo para todo.

Todo bien, la gente entraba a los grupos de WhatsApp, y yo tenía lista mi presentación para ese día.

Sin embargo, llegado el momento, sucedió algo que no había considerado y que fue producto de mi sobreconfianza en la tecnología.

Compré una nueva sala de conferencias, ya que había mucha gente inscrita, y en el pasado me había sucedido que siempre se quedaban muchos afuera.

Yo, toda contenta, gasté mucho dinero y olvidé hacer una prueba con anticipación.

Llegado el día, hice una transmisión de prueba faltando 4 horas y me di cuenta de que muchas cosas fallaban y no entendía.

Entonces, me quedé paralizada, no sabía qué hacer.

Además, como la cereza del pastel, 1 mes antes había pedido un fondo bonito para mi webcam, que tenía un parante de soporte que ponía detrás de mi silla, para que se viera elegante durante la transmisión, y sucede que ese fondo nunca llegó porque lo retuvo la aduana de mi país (y de hecho, hasta el momento que te escribo este email, sigue retenido allí).

En fin, el momento no me estaba ayudando, y me puse a probar varias salas de conferencia de amplia capacidad.

Tuve que comprar 3 distintas para empezar a probar, ya no me quería guiar solo de la bonita publicidad o de la página persuasiva.

Tenía que probarlo…

Y así, el tiempo me estaba ganando; de pronto, faltaban minutos para la hora pactada y no me sentía preparada.

Entonces, con todo el dolor de mi corazón, tuve que hacer algo que nunca antes había hecho.

Tuve que anunciar que me demoraría 1 hora adicional.

Muchos lo tomaron a mal, y con mucha razón; habían separado su valioso tiempo para disfrutar gratis del taller y ahora tenían que quedarse una hora más tarde…

Otros me daban ánimos.

Entendía a todos.

Yo estaba quedando mal.

Entonces, dejé todo de lado y decidí usar el programa de siempre: Zoom.

El problema es que solo tenía capacidad para 1,000 personas, pero felizmente, ellos me permitieron retransmitirlo por Facebook.

Mi terror que Facebook era que ellos por cualquier cosa te cancelan el stream.

Si por ejemplo ven que usas una imagen con derechos de autor o suena una musica con algo de derechos de autor, te cancelan.

Pero me arriesgue, dije es todo o nada.

Al final, la sala se llenó, pero la gente pudo acceder por Facebook en vivo y nadie se quedó afuera.

Es curioso, pero la tecnología puede, en verdad, jugarte muy malas pasadas.

Nunca hay que confiarse, nunca, asi sea un programa muy bonito que parece todo sera excelente.

Así que nada, quería contarte esa curiosa anécdota que sucedió el 15 de enero.

Nos vemos en el siguiente correo.

-TATIANA